Está extendida la creencia de que la uva de vinificar y la de mesa tienen distinta procedencia y su obtención por los humanos se produjo en períodos distintos.
Los autores del artículo “Domesticaciones duales y origen de rasgos en la evolución de la vid”,* nos han hecho salir de dudas al realizar el mayor estudio genético realizado hasta ahora sobre distintas variedades de vid: más de 3000 muestras individuales recolectadas en todos los ámbitos del planeta en los que Vitis prospera, tanto en forma silvestre como cultivada.
Los primeros resultados concluyen que Vitis fue domesticada hace 11 000 años, con la llegada de la agricultura, y de manera simultánea las uvas de mesa y de vinificación, aunque en dos lugares distintos: Asia Occidental y el Cáucaso.
Pero más allá de rastrear los orígenes de una de las especies vegetales de mayor impacto en nuestra civilización, el estudio ha permitido identificar algunos genes involucrados en la domesticación de las uvas que mejoran el sabor, el color y la textura, y que permitirían a los enólogos mejorar la calidad sensorial del vino e incrementar la resistencia varietal a las tensiones del cambio climático. Un conocimiento que puede resultar de gran valor actualmente.
* Yang Dong et al. “Dual domestications and origin of traits in grapevine evolution”. https://www.science.org/doi/10.1126/science.add8655?adobe_mc=MCMID%3D83357787475422252612879096695030336722%7CMCORGID%3D242B6472541199F70A4C98A6%2540AdobeOrg%7CTS%3D1677760575