La industria vinícola australiana quiere liderar el mercado mundial del vino en el año 2025. Un conjunto de entidades, entre las cuales destaca el GWRDC (The Grape and Wine Research and Development Corporation) han elaborado un informe, conocido con el nombre de Estrategia 2025, que presenta una serie de actuaciones para llevar a la industria australiana del vino hacia el liderazgo mundial del mercado en el plazo de 30 años.
La historia del éxito de la industria australiana se remonta al año 1966, momento a partir del cual ésta conoció un cambio sustancial a mejor. Desde esta fecha, la producción se ha triplicado (de 156 millones de litros a 572) y los australianos consumen ahora unas 24 botellas anuales per cápita, de las cuales un 80% es vino de mesa. Los expertos aseguran que este fuerte incremento se ha debido a la innovación llevada a cabo en la viticultura y al proceso tecnológico del vino que ha hecho que los consumidores variaran hacia un cambio de preferencias en el que la dieta mediterránea, estimulada por los inmigrantes europeos, tiene un peso específico. El vino ya es hoy día más que una bebida, se ha convertido en un estilo de vida con un alto grado de complementariedad con la comida, la hospitalidad, el ocio, el arte y el turismo. Además, el propio mensaje tranquilizador que han hecho las autoridades sanitarias sobre la imagen saludable del vino como reductor de las enfermedades cardiovasculares ha otorgado preeminencia a este producto frente a otras bebidas. Este éxito de la industria del vino en el período 1966-1996 no es visto como un fenómeno totalmente irrepetible, sino al contrario.
A pesar de todo ello, Australia es todavía un pequeño productor mundial de vino (con el 2% de la producción mundial) que exporta más del 27% de su producción, un 10% más que los principales productores mundiales como Francia e Italia. Y ello se ha conseguido sin la ayuda de subsidios del gobierno australiano ni de medidas proteccionistas. Australia ha desarrollado también una estructura industrial con una considerable economía de escala. A pesar de tener un gran número de productores (cerca de mil), sólo diez de ellos dominan la industria con un 84% del mercado nacional. De hecho, un 6% de las marcas garantizan más del75% del total de las ventas. Con todo, la contribución de los pequeños productores al éxito de la industria ha sido muy importante.
Uno de los objetivos es que, hacia el año 2025, la industria australiana del vino alcance los 4,5 billones de dólares de ventas anuales, convirtiéndose no en la mayor productora sino en la más influyente y próspera.
Estrategia 2025: objetivos y fases
El autor y crítico vinícola James Halliday ha realizado un estudio sobre las ventajas comparativas del vino australiano respecto a otros diez productores principales de vino en tres ámbitos: los factores físicos, los humanos y los del mercado.
En el primero de los ámbitos, los factores físicos, Australia es el líder mundial. Ha desarrollado una excelente elección de varietales a través del desarrollo de los viñedos y produce a todos los precios garantizando una muy buena calidad. Ello hace que sea un competidor muy fuerte de países como Nueva Zelanda, con fuertes restricciones climáticas, y de la Europa tradicional (Francia, Italia y España) muy restringidos por los controles de las denominaciones. El menor coste de las tierras, la gran variedad de climas, terrenos y la disponibilidad moderada de agua demuestran que los recursos naturales y del medio ambiente no restringirán la expansión de la industria.
En cuanto a los factores humanos, Australia se encuentra en cuarto lugar tras la Europa tradicional, Chile y California, y en segundo lugar en el ránking de los factores de mercado también posicionada después de la Europa tradicional.
Pero Australia tiene el potencial para lograr un más rápido progreso que su principal competidor, la Europa tradicional, debido a sus posibles ventajas en calidad, coste competitivo, brandind y apoyo gubernamental.
Para alcanzar el objetivo del 6,5% del valor de la producción de vino mundial, la industria australiana debe hacer aumentar la producción de uva de las 850000 toneladas (datos de 1996) a 1650000. Además, debería hacer una inversión significativa en la capacidad de almacenaje, facilidades en el proceso de producción, transporte y de recursos humanos.
Un desarrollo de esta magnitud requiere un aumento de la productividad de los viñedos ya existentes hasta alcanzar las 40000 hectáreas de nuevas viñas hacia el año 2022, con una estimación presupuestaria de 1200 millones de dólares. Ello supone que cada año hay que plantar 1500 hectáreas.
Otro de los puntos fuertes del vino australiano es el posible fuerte crecimiento del mercado de la exportación. Australia se encuentra muy bien situada para capitalizar la demanda de vinos de calidad alta hacia nuevos mercados crecientes.
Muchos de los crecimientos previstos se desarrollarán en cuatro mercados principales:
• Gran Bretaña, muy dependiente de la importación, donde ha crecido el consumo per cápita hasta los 16,4 litros, y las ventas de vino con precios por encima de las tres libras esterlinas han aumentado más rápidamente que el total de las ventas. El vino australiano podría suponer un 11% del mercado británico en el año 2025 con 120 millones de litros.
• Estados Unidos, el tercer mayor importador con un 90% de consumo moderado de vino «popular». Australia quiere capitalizar este mercado alcanzando unas ventas de 88 millones de litros (4% del mercado) en el año 2025.
• Alemania es el mayor importador por volumen, pero la mayoría de sus importaciones tienen precio y calidad bajos. Se espera un incremento del consumo hacia precios más altos y, en este caso, Australia podría llegar a vender unos 80 millones de litros, un 4% del mercado en 2025.
• Japón tiene el cuarto incremento más rápido del mercado del vino, del cual un 60% es importado. Se espera un sustancial incremento de consumo per cápita y Australia calcula alcanzar el 7% del mercado (50 millones de litros) en el año 2025.
En total la industria australiana del vino pretende incrementar sus exportaciones en el año 2025 hasta los 600 millones de litros, lo que representa 2,5 billones de dólares australianos en ventas anuales.
En cuanto a la creación de nuevos puestos de trabajo, este escenario de crecimiento supondrá la creación de 10 500 nuevas ocupaciones en la industria y la agricultura vinícola. Además, se espera que un número similar de trabajos adicionales sean creados indirectamente en industrias asociadas, como por ejemplo la del turismo.
Otro de los aspectos a destacar es el del agua, que es un bien prioritario para la planificación de la industria del vino. La expansión y la plantación de nuevos viñedos conllevará una demanda suplementaria de agua estimada en 68 000 millones de litros en el año 2025.
Pero la industria del vino no puede hacerlo todo en solitario. Necesita el partenariado del gobierno para implementar la Visión 2025. Conseguir unas ventas de 4,5 billones de dólares siendo el país productor de vino más influyente requiere el apoyo de la comunidad australiana a través de sus gobernantes electos. El vino se convertirá en un modelo de valor añadido y su éxito acabará siendo una ventaja competitiva genuina de Australia y de sus gentes.
Los beneficios actuales y futuros del aumento de la influencia y del crecimiento de la industria del vino son:
. Enderezar el déficit de la balanza de pago
• Estimular el crecimiento de los puestos de trabajo
• Gestionar un desarrollo regional
• Alcanzar proyectos turísticos
• Contabilizar valor añadido y devolver beneficios a los productores rurales
• Ayudar al desarrollo de una imagen exterior moderna de la industria australiana
• Demostrar una buena práctica en el màrqueting internacional
• Alentar una responsabilidad social del consumo de alcohol
En el plan hacia el 2025 se han redactado una treintena de estrategias a seguir a partir de ahora mismo para alcanzar el objetivo a través de ocho grandes áreas como la imagen y la influencia, las ventajas competitivas, los mercados, el turismo del vino, las capacidades de los recursos, el aprovechamiento económico, el partenariado del gobierno, y las instituciones de la industria.
Todo un reto que deberemos seguir de cerca.
Más información
http://www.winetitles.com.au/strategy2025.html
http://www.winetitles.com.au/auswine/industry/fiveyearplan.html
http://www.winetitles.com.au/gwrdc/board.html
http://www.winetitles.com.au/gwrdc/gwrdcprojects.html
Plan quinquenal
Las previsiones planificadas en el informe Estrategia 2025 pasan previamente por la puesta en marcha de un plan quinquenal (1997-2001) para acelerar la penetración en los mercados de la exportación, iniciar el desarrollo del mercado doméstico e incrementar la competitividad australiana en la calidad de la uva, una reducción de los costes y el apoyo del gobierno.
Los aspectos industriales del plan también incorporan:
Las exportaciones australianas deben capturar un 8,3% del mercado británico del vino y deben doblar el porcentaje en el mercado estadounidense hacia el 2%. Las exportaciones a la Europa continental también han de crecer de manera significativa, especialmente hacia Alemania, Suecia y Suiza.
Un incremento de las ventas domésticas hasta alcanzar un consumo de cerca de 19 litros per cápita en el 2001.
Pero la base de esta política de expansión también se fundamenta en la investigación. Sus planes de investigación son sumamente superiores a los que se realizan en Europa. La tipificación genética de las variedades para intervenir en sus propiedades, la autosostenibilidad del sector, el control de los recursos hídricos y las reuniones con investigadores europeos y miembros de la OIV, son estrategias que ya se están desarrollando en Australia.
Los productores europeos deberían tomar ejemplo sobre una planificación a tan largo plazo que seguro que dará, por lo que se deduce del informe Estrategia 2025, los frutos deseados. Con estos planteamientos, el vino australiano no tardará mucho en posicionarse en los mercados europeos y en ocupar su sitio en las mesas de restaurantes y casas de países tradicionalmente grandes productores de vino, como Francia y España, y sino tiempo al tiempo.
Objetivos de la industria australiana del vino
• Mejorar la imagen y la reputación del vino australiano
• Hacer de la innovación la herramienta para adquirir ventajas competitivas
• Mejorar el estilo del vino en calidad, pureza y diversidad
• Establecer un liderazgo en segmentos específicos
• Capitalizar oportunidades de crecimiento del mercado a través de la capacidad de expansión de la industria
• Extender la participación de la industria en sectores complementarios del negocio Improve profitability
Fases previstas del incremento de exportación
1996-2002: Incremento de volumen
Período en el que la rápida expansión de las viñas producida en los últimos años saturará el mercado sin permitir una penetración en otros mercados nuevos
2002-2015: Incremento de la calidad
2015-2025: Preeminencia
Período en el que Australia establecerá un liderazgo en segmentos específicos del mercado.