Nadie duda que la inteligencia artificial (IA) es la revolución que viene. Con la anterior, la industrial, se consiguió la estandarización, fabricar el mismo producto en grandes cantidades y a gran velocidad. La IA, en cambio, ofrece la promesa de la individualización. En el sector del vino, la IA permitirá a los viticultores diferenciar las necesidades de cada vid concreta y elaborar vinos con perfiles sensoriales precisos, lo que proporcionará a las bodegas la opción de lanzar mensajes personalizados para cada cliente.
Desde la perspectiva agrícola, un programa de inteligencia artificial podrá identificar sobre el terreno los puntos exactos de una vid que deben podarse, lo que significa que trabajadores menos experimentados podrán asumir la compleja tarea de podar sin correr el riesgo de dañar la cepa.
El congreso Wine Goes Tech presentó el pasado mes de marzo en Düsseldorf las novedades tecnológicas basadas en IA con proyección en la vitivinicultura. En el encuentro se desveló la razón por la cual la penetración de las nuevas tecnologías se produce de forma tan poco dinámica en el mundo del vino. Los resultados de una encuesta realizada en noviembre de 2023 muestran que solo una parte de la cadena de valor del vino es susceptible de digitalizarse actualmente, porque el proceso de elaboración se produce una vez al año, y solo el márquetin funciona todos los meses. Además, el exceso de oferta a nivel global proporciona pocos incentivos para invertir en nuevas tecnologías. Simone Loose, profesora de la Universidad de Geisenheim y presentadora del estudio, señaló que el sector acelerará su digitalización cuando se optimicen sus modelos financieros. La prioridad es la sostenibilidad económica y estar preparados para invertir, cuando llegue el momento, en soluciones digitales.
Una de las novedades que despertó más interés fue, precisamente una IA oficiando de sumiller: sommelier.bot
Creado por el emprendedor alemán Johannes Nielsen, sommelier.bot se autodefine como “el sumiller digital de IA de confianza para comerciantes, minoristas y hoteles”. Basado en la aplicación Chat GPT4 Turbo sus capacidades, que desarrolla 24 al día, van desde realizar una selección de vinos de forma rápida y sencilla en función de la personalidad y las preferencias de cada consumidor, hasta formular maridajes con gran precisión y acierto de los vinos escogidos. Buen “conversador”, ameniza sus selecciones con una exhibición de información que, como se observó en la demostración pública realizada en Wine Goes Tech, puede resultar incluso abrumadora para según qué tipo de usuario.
En cualquier caso, la IA está a las puertas de la enología y más pronto que tarde traspasará el umbral. Conviene estar atentos e informados.