Junto a la circunstancia especial de la precampaña para una elecciones generales en España y la aprobación de la esperada reforma europea de la Organización Común del Mercado del Vino, el año 2007 se iniciaba con unas expectativas económicas no siempre halagüeñas como consecuencia de las inseguridades introducidas por otros sectores y de la evolución negativa de los mercados de valores en otros países de referencia. Estas condiciones poco habituales, justifican por sí solas el tratamiento específico que en el presente monográfico hacemos de la políticas vitivinícolas llevadas a cabo recientemente por nuestros representantes políticos y como afectan al mundo del vino, a los productores y a los enólogos de nuestro país.
Pero además de la circunstancia temporal adecuada, debemos reseñar que desde hace tiempo se arrastraban temas calientes para el sector enológico y vitivinícola. Desde las más altas instancias de la Unión Europea hasta el Ministerio de Agricultura en Madrid, pasando por las circunstancias particulares de las regiones europeas del vino, las numerosas reformas (Bolonia, OCM, etc.) y las iniciativas particulares para modernizar y hacer del sector del vino una actividad económica competitiva, nos urgían a hacer un repaso global y contextualizado de los diferentes frentes afectados.
La reforma de la OCM del vino ha monopolizado el discurso político y las preocupaciones de buena parte del sector del vino durante los últimos meses. Finalmente, después de una larga temporada de negociación, justo antes de que finalizase el año 2007 se anunciaba el acuerdo definitivo que incidía en el papel que debían ejercer los Estados en parte de las decisiones finales de reorganización de las ayudas. En este contexto, algunos han quedado claramente decepcionados pues esperaban una reforma que profundizase de manera clara en los problemas inherentes del sector. Otros parecen suficientemente optimistas con los cambios introducidos y con las nuevas herramientas que previsiblemente se pondrán en marcha para garantizar la renovación y competitividad del sector.
De esta reforma, destacan la reestructuración de las ayudas o sobres nacionales que gestionarán directamente, y según las circunstancias particulares cada uno de los Estados miembro, y la reconducción progresiva de buena parte de los presupuestos de ayuda al sector hacia el denominado pilar del desarrollo rural. Según esto, queda por ver cual será el alcance de la medida en una posible renacionalización de las políticas agrarias comunitarias y como los elaboradores y productores que hace años dependen de las subvenciones europeas serán capaces de reconducir su actividad y modernizar su producto para sobrevivir en el mercado global.
La esperanza en las reformas propuestas y un cierto regusto de insatisfacción por el acuerdo final aprobado, se hacen bien evidentes en los dos artículos que abren nuestro monográfico del trimestre. En primer lugar, Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino, hace una valoración de todo el proceso de negociación de la reforma de la OCM. Se trata de un escrito que nos introduce en las numerosas circunstancias que afectan a un proceso de estas dimensiones, y nos da una idea precisa de las esperanzas iniciales del sector español y de algunas de las limitaciones con que se ha tenido que conformar. Siguiendo la misma temática, la propia Comisaria Europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, nos ha preparado un resumen de la propuesta definitiva y nos muestra su convencimiento de que las iniciativas que incluye el largo proceso acabarán convirtiendo el mercado del vino europeo en una industria moderna, diversificada, competitiva y de calidad reconocida, que garantice su posición preponderante como referente del vino en un mundo cada vez más globalizado.
Hablando de cambios inducidos desde las instituciones europeas, la reforma de Bolonia en materia educativa ha llevado de cabeza a la universidad española durante los últimos años para intentar adaptarse con calzador a las exigencias del ya famoso Espacio Europeo de Educación Superior. En estas difíciles circunstancias, la carrera enológica parecía no encontrar su lugar durante buena parte del proceso. Tal como explicará en próximas actualizaciones Fernando Zamora, de la Universitat Rovira i Virgili, gracias al apoyo del sector español del vino y la evidencia del peso relativo del sector español a escala europea, el Ministerio de Educación y Ciencia ha aceptado la transformación de los estudios de licenciatura en enología en un título de grado propio, que si todo va según lo previsto iniciará su singladura en 2009.
Las actualizaciones de los próximos meses también incluirán artículos en profundidad de estos temas. Así, Esther Herranz, miembro titular de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, nos ofrecerá su parecer sobre el estado final de la reforma de la OCM del vino y como afectará a los viticultores españoles. Rosario García, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Rioja, sobre los efectos de la reforma de planes de estudio en la carrera de enología. Finalmente, los artículos se complementarán con el repaso de las iniciativas que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación incluyó en la denominada «Estrategia Vino 2010». Una serie de acuerdos y actuaciones para alcanzar una posición de competitividad y profesionalización del sector del vino español, fomentar el desarrollo y las iniciativas de los emprendedores y, finalmente, adecuarse a las demandas del mercado global.
Para finalizar el monográfico de este trimestre, Giuseppe Martelli, presidente de la Unión Internacional de los Enólogos, responde a nuestras preguntas en la entrevista, ofreciendo un marco global europeo de los procesos de reforma que afectan al sector y enmarcando las tendencias a las que el enólogo europeo debe responder para ver reconocido su papel en el proceso de elaboración del vino.