Este artículo se centra en el desarrollo de los aspectos funcionales del envase y el embalaje para un producto tan particular como el vino. El mercado, los productores y distribuidores de vino deberán estar atentos a la hora de diseñar un sistema integrado y óptimo de envase y embalaje que tenga en cuenta los aspectos de contenido, protección, conservación, acondicionamiento, identificación e información sobre el producto.
Se presentarán los diferentes materiales más utilizados actualmente en el envasado primario de este producto y se determinaran sus características principales. Además, se enumerarán las claves principales que intervienen en el embalaje secundario, es decir, en el encargado de la protección del producto durante el ciclo de almacenado, transporte y distribución. Para ampliar los aspectos legales que afectan al packaging de este sector, también se incluirá un recuadro informativo sobre la normativa vigente aplicable al respecto.
Envase primario
El envase primario es el que está en contacto directo con el producto. Por ello, es muy importante prevenir las posibles interacciones entre el producto, el envase y el entorno a la hora de seleccionar el material de envase. En el caso del vino, éstos son los más utilizados.
Vidrio
Es un producto mineral obtenido por fusión y que solidifica sin cristalizar. Su manipulación y moldeo sólo es posible cuando se encuentra fundido, caliente y maleable. Los envases de vidrio poseen unas características que los hacen idóneos para el envasado del vino, tales como: su capacidad de aislamiento (impermeabilidad, inatacabilidad química y neutralidad con el contenido), transparencia, resistencia mecánica, moldeabilidad, posibilidades de esterilización, aspecto y durabilidad.
Por sus características inertes es uno de los mejores materiales para el envasado de alimentos, y desde el punto de vista de la preservación del ambiente resulta favorable porque es un material totalmente reciclable.
Al utilizar este material para el envasado del vino, también resulta necesario tener en cuenta sus diferentes sistemas de apertura y cierre:
Tapón de corcho natural
El corcho se utiliza como sistema de cierre de botellas, y especialmente de las elaboradas con vidrio, debido a sus cualidades de elasticidad, impenetrabilidad a los líquidos e inalterabilidad, que son indispensables para la conservación del vino.
Existen varios tipos de tapones según su estructura y composición: de corcho natural o aglomerado para vinos tranquilos; de corcho aglomerado con discos de corcho natural para vinos espumosos; de corcho colmatados para vinos tranquilos; de corcho natural de dos y de tres piezas para vinos tranquilos.
Una de las mayores ventajas del tapón de corcho natural es su flexibilidad. Sin embargo, uno de sus principales problemas es la presencia de TCA que, en ocasiones, puede conferir al vino «sabor a corcho».
Tapón técnico
Están compuestos por una mezcla de granulados de corcho y de constituyente plástico.
Tapón sintético
Existen dos tipos según el método de fabricación:
- Elaborado por coextrusión: consiste en el corte de un cable de espuma de microburbujas de polietileno recubierto con un elastómero termoplástico. Este sistema da al tapón uniformidad interior y exterior.
- Elaborado por inyección: consiste en la inyección a presión del plástico dentro de un molde.
Estos tapones no permiten el crecimiento microbiológico ni la formación de TCA, resultan más limpios y no generan polvo. También pueden presentar distintos colores y permiten guardar el vino en posición horizontal (ya que a diferencia del corcho tradicional, éste no necesita humedad para permanecer expandido y evitar el paso del oxígeno al interior de la botella).
Frente al tapón de corcho tradicional presentan menos flexibilidad por lo que su extracción de la botella es más complicada y, una vez fuera, es muy difícil volver a introducirlos en ella.
Cartón para bebidas (Tetra brick)
Estos envases se utilizan principalmente para la venta de vinos de mesa económicos debido a su bajo costo y fácil manipulación. El cartón para bebidas está formado por seis capas de material que le confieren diferentes propiedades:
- Polietileno. Protección contra la humedad ambiental
- Papel. Estabilidad y resistencia
- Polietileno. Capa adhesiva
- Capa de aluminio. Barrera al oxígeno, al aroma y a la luz
- Polietileno. Capa adhesiva
- Polietileno. Sellado
La estructura y composición de este material aporta al envase beneficios como: un ahorro de espacio antes y después del envasado; posibilidad de esterilizar toda la superficie de envase; un sencillo sistema de envasado que asegura un alto nivel de higiene; alta calidad del producto; buena distribución; y la opción del reciclaje.
Bag in box
Fundamentalmente consiste en introducir el vino dentro de una bolsa cerrada con una válvula para su dosificación, depositando dicha bolsa dentro de una caja cerrada. La bolsa esta formada por una bolsa interior de polietileno y una bolsa exterior multicapa, pudiendo ésta incluir alguna capa que le confiera propiedades barrera, como láminas metalizadas de PET, PVDC, EVA o EVOH. Al estar constituida por material flexible, la bolsa reduce su tamaño a medida que el envase se vacía, evitando así el contacto con el aire.
La válvula de descarga puede ser de varios tipos:
- Grifo giratorio: Válvula cómoda, segura y simple, de alta estanqueidad y barrera al oxígeno.
- Válvulas de presión: Se acciona haciendo presión con los dedos.
- Espigote convencional: Está en desuso por baja estanqueidad. Sólo presenta ventajas en el costo, para vinos de consumo masivo de baja calidad.
- Caja contenedora: Su función es contener y proteger la bolsa y la válvula, además de ofrecer una superficie apta para la impresión de la publicidad.
Estos envases ofrecen múltiples ventajas como un almacenamiento sencillo y económico, debido al reducido espacio que ocupan los envases vacíos. También cuenta con un peso y volumen reducido, permite una larga duración del contenido, son seguros, a prueba de golpes, cómodos y versátiles (se pueden fabricar en diversos tamaños y formatos).
Envases plásticos (PET)
El PET (polietilén tereftalato) es un polímetro lineal con un alto grado de cristalinidad y termoplástico en su comportamiento, lo cual lo hace apto para ser transformado mediante procesos de extrusión, inyección, inyección-soplado y termoformado.
Como características principales presenta: resistencia química, buenas propiedades térmicas, barrera a CO2, aceptable a O2 y humedad, es compatible con otros materiales barrera, que mejoran en su conjunto la calidad barrera del envase, y es reciclable.
El vino en botella PET tiene todas las ventajas de este material, como su menor peso, que permite su mejor manipulación y transporte. Está orientado a ser consumido en lugares donde el vidrio está vedado, como espacios públicos, muchos bares con áreas abiertas, conciertos al aire libre, aeronaves y travesías marítimas.
Algunas bodegas (sobre todo australianas) ya han comercializado algunos de sus vinos jóvenes en estas botellas, pero todavía no existen estudios sobre el impacto que tendrá este tipo de envases en vinos de mayor calidad.
Envase de aluminio
Con este sistema, el vino es envasado en latas o botellas de aluminio cuyo interior ha sido recubierto con una laca para evitar la corrosión.
Es resistente a la rotura y enfría cinco veces más rápido que el tradicional envase de vidrio. Además, pesa un 66% menos, es reciclable y proporciona protección contra los rayos ultravioletas. Este formato de botella, al igual que la de PET, estaría permitida en estadios y campos de fútbol. Actualmente se están utilizando para el envasado de vinos afrutados.
Tetra glax
Como novedad, recientemente se ha desarrollado un nuevo material al que se le ha dado el nombre comercial de Tetra glax. Se trata de un recubrimiento vítreo, ligeramente flexible, con características similares a las del vidrio utilizado en la fabricación de botellas.
Con este avance se abaratarían los costes de producción (ya que es más caro que un cartón para bebidas normal pero más barato que una botella de vidrio), y se reducirían los costes de almacenamiento y transporte. También destacar que es reciclable, cuida del envejecimiento del vino por su opacidad, y por su flexibilidad absorbe mejor las vibraciones.
Embalaje secundario
El embalaje secundario es aquel que se encuentra alrededor del envase primario, y está orientado, entre otras funciones, a la seguridad y protección del producto en las fases de almacenamiento, transporte y distribución.
En el caso del vino, este embalaje depende en gran medida del tipo de envase primario utilizado. Por ejemplo, en el caso de latas o cartón para bebidas, se pueden utilizar films retráctiles que envuelven y agrupan al envase primario.
En general, para el caso del vino embotellado, se utilizan embalajes de cartón ondulado tipo caja americana o B-1, que cumplen la función de protección y agrupamiento. La calidad de la plancha de cartón utilizada conferirá al embalaje unas características de resistencia que pueden ser comprobadas con la realización de una serie de ensayos en laboratorio. Uno de los que más información proporciona es la resistencia a la compresión vertical (BCT), que determina la resistencia al apilamiento del embalaje.
Entidades como el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) disponen de las infraestructuras necesarias para realizar estos ensayos físico-mecánicos para el embalaje de distribución. En su laboratorio, acreditado por ENAC, además del ensayo mencionado al embalaje de cartón ondulado, se realizan otros como la vibración a baja frecuencia fija o el ensayo de choque vertical por caída libre.
Este sistema de envase y embalaje entra a formar parte de una carga paletizada que sufrirá un ciclo de distribución y transporte propio y característico, lo que lleva implícitos una serie de riesgos a los que se encuentra expuesta: operaciones de carga y descarga, modalidad de almacenaje, las condiciones ambientales o el tipo de transporte al que se vean sometidas.
Para paliar y minimizar los riesgos que el ciclo de distribución supone, se deberá llevar a cabo una correcta paletización de la carga, teniendo en cuenta lo siguiente: un adecuado sistema de apilamiento y consolidación; la forma y tamaño del mosaico de paletización; y una correcta optimización del espacio de carga en el palet. Con ello se pretende expedir la mayor cantidad de producto por unidad de carga tratando de que la carga paletizada sea lo más estable y compacta posible.
En definitiva, la elección de un embalaje adecuado depende del conocimiento de las características o requerimientos del producto y de las condiciones a las que se encontrará expuesto durante su ciclo de almacenamiento, distribución y transporte, evitando tanto un exceso de embalaje (aumento costes) como un embalaje insuficiente (pérdidas de producto/calidad). Para ello, desde ITENE se recomienda la realización por parte de las empresas productoras de vino de una diagnosis de envases y embalajes para conseguir la mejor solución para sus productos. El Centro Tecnológico cuenta con profesionales especializados que pueden apoyar a la empresa vitivinícola en la realización de esos estudios, además de aconsejarles sobre cuestiones como materiales de amortiguamiento, la optimización de sistemas de embalaje, etcétera. Toda la información se encuentra disponible en la dirección web: www.itene.com.
Normativa aplicable Además de los requerimientos óptimos que los envases y embalajes del vino deben cumplir para mantener la seguridad y calidad del producto, existen los condicionantes legales que marcan las diferentes normativas vigentes, y que son de obligado cumplimiento para los productores. Aquí se cita la normativa principal relacionada con todo lo mencionado en este artículo:
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