La selección clonal y sanitaria de las variedades autóctonas catalanas es un proceso continuo que se inició a finales de los años setenta con un proyecto del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) y, desde el año 1997 cuenta con la colaboración de diferentes Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen. Esta investigación se empezó por las variedades más extensamente cultivadas en Cataluña (macabeu, xarel·lo y parellada) en las áreas geográficas en las que tradicionalmente se cultivan, pero con una suficiente dispersión y condiciones de clima y suelo. Después, las menos extensas, garnacha negra, garnacha peluda, garnacha blanca, trepat, samsó (cariñena) y picapoll. También se hizo la selección de la variedad foránea cabernet sauvignon y, recientemente se ha iniciado de la garnacha roja.
Primero, se hace una caracterización in situ del material vegetal en vides de más de 50 años que tienen una valoración aceptable de los propios viticultores (buena tradición de calidad de uva y de material vegetal). Se recomienda seleccionar de 10 a 15 parcelas de una superficie mediana para poder observar un gran número de cepas. De unas 150 cepas escogidas de cada variedad, se hace una caracterización agronómica y enológica de los mostos, una valoración de la ausencia de síntomas visuales de virosis y resistencia a plagas, y un exhaustivo control de las virosis a través de dos tests serológicos ELISA (verano e invierno) en el Laboratorio de Sanidad Vegetal del DARP. No pueden pertenecer a la categoría de clones hasta que den resultados negativos en el examen oficial de las virosis entrenudos corto (GFLV), enrollado, razas 1 y 3 (GLRaV1, GLRaV3) y jaspeado (GFKV), previstos en el Reglamento Técnico de Control y Certificación de Plantas de Vivero de Vid. Los clones libres obtenidos se plantan en parcelas con diseño experimental para la caracterización agronómica y enológica de mostos y vinos en las mismas condiciones.
Selección clonal y conservación de la biodiversidad
La selección clonal es apropiada para conservar la biodiversidad y evitar la progresiva desaparición de los recursos fitogenéticos porqué evidencia la variabilidad intravarietal y se preserva en campos experimentales. Permite una viticultura compleja y diversa en el uso de variedades y clones, el cultivo de variedades locales que conservan una tecnología vitivinícola propia y además el respecto por los conocimientos y valores tradicionales. Los recursos fitogenéticos incluyen: variedades autóctonas, foráneas, minoritarias, comerciales, ancestrales, etc. La perdida de biodiversidad es conocida como erosión genética y sus principales causas se resumen en la tabla 1.
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Tabla 1 Principales causas de la erosión genética
La adquisición de las plantas se puede obtener por la recolección (prospección), intercambio o donación de otras colecciones o instituciones (véanse cuadros al final de texto). La conservación evita la pérdida del patrimonio genético vitícola y suele ser en el campo o en tiestos con un trabajo de multiplicación y regeneración. Las tres colecciones de INCAVI (La girada, Planta de brisa y IDIADA) se tuvieron que arrancar y ahora se encuentran en fase de multiplicación. Se está aumentando el número de plantas para llegar a los mínimos de conservación recomendados (cinco plantas por variedad) o de algunas variedades y disponer de suficientes para poder suministrarlas a los viticultores que las quisieran introducir. Desde el año 2003, el INCAVI está recuperando material procedente de la colección Rancho de la Merced posiblemente conreada antiguamente en Cataluña.
Además de la actividad de conservación, se realiza la caracterización, evaluación y documentación del material, pero con grandes limitaciones metodológicas, técnicas y políticas. En concreto, en este momento, en la identificación de las variedades se están utilizando las técnicas de marcadores moleculares (microsatélites) y no descriptores ampelográficos. Para variedades concretas se ha hecho la caracterización agronómica y enológica, pero para otros no se habían ni recogido los conocimientos que tenían los viticultores y, ahora la mayoría de viticultores desconocen su existencia. Para lograr esto, es importante que existan programas de investigación científica que fomenten la ordenación, conservación y mejora de las variedades autóctonas y minoritarias. L’INCAVI ha participado en un proyecto del INIA (2001-2003) sobre la recuperación y estudio de variedades autóctonas de vid de previsible interés comercial. También está vinculado a empresas que quieren integrar variedades que han reencontrado, con la cooperación e intercambio mutuo de información, conocimientos prácticos y, tiene un registro de las variedades en colecciones de viticultores de toda Cataluña.
Efectos de la globalización
En la actualidad se ha impuesto una globalización tanto en el uso de variedades foráneas más dominantes (merlot, cabernet sauvignon o chardonnay) como en las técnicas vitivinícolas. En España, pero, existen muchas variedades locales que están asociadas a las denominaciones de origen (DO) o zonas de cultivo. Como ejemplo europeo, la legislación del conjunto de las DO de Italia enumeran 400 variedades autóctonas y en la portuguesa DO Douro casi un centenar. Ha habido cambios porqué algunas variedades se han llevado en otras condiciones ambientales y, básicamente debido a los diferentes gustos y necesidades de los consumidores. Un gran número de variedades tradicionales o antiguas se han mantenido, todavía, ya que siempre han compartido la historia y la cultura de los entornos vitícolas, dando una originalidad y diferenciación zonal. En el patrimonio genético radica la verdadera riqueza vitivinícola de un país, la garantía de desarrollo y futuro en un mundo monótonamente globalizado.
Las variedades autóctonas tienen una íntima relación con un determinado entorno de cultivo, con un elevado grado de adaptación a las condiciones ambientales de la zona y considerable demanda ahí donde se encuentran. Son características de las variedades autóctonas:
Ubicación geográfica determinada: hace muchos años que se cultivan en unas zonas concretas y, muchas veces no es fácil determinar desde qué época, por eso están muy adaptadas a estas condiciones.
Manejo específico y conocimiento amplio por parte del viticultor.
Heterogeneidad de fenotipo si se compara con otras variedades.
Diversidad debido a los procesos de selección masal de los viticultores y algunas de selección clonal.
Más disponibilidad.
El mantenimiento de las variedades autóctonas no sólo se ciñe a las zonas marginales o deprimidas, sino también está presente en nuevas plantaciones con avanzadas técnicas vitícolas. Además, la tecnología enológica respeta el potencial cualitativo con las propiedades específicas de la variedad y produce unos vinos con una alta calidad, sugestividad, tipicidad, personalidad y, debido a que en ocasiones su oferta es limitada, tienen un alto valor comercial. Cuando este panorama se refiere a variedades prácticamente en extinción se le llama vins deautor y romántico a quien elabora el vino.
Trabajos de selección clonal
Xarel·lo
La prospección de viñas se hizo básicamente en la comarca del Alt Penedés (Gelida y Sant Llorenç de Hortons) y Garraf (Sant Pere de Ribes), desde 1975 hasta 1981. En el año 1988 se entregó el primer material a los viveros. Existen siete clones seleccionados y los comercializados son : I-20, I-23, I-57 y I-69. Se establecieron dos parcelas comparativas (Vilobí y Aviñonet) y se evalúan estadísticamente las características de los clones desde 1986 en la primera, y desde 1992 en la segunda. Aunque los clones presenten una buena producción, ya que uno de los objetivos de la selección era encontrar clones no sensibles a la blima, el que presenta estabilidad productiva más alta es el I-20. Los mostos consiguen fácilmente un grado probable del 11 % y una acidez de más de 6,5 g/L. El análisis organoléptico da muy buenos resultados en todos ellos, destacando los clones I-57 y I-20 con una mayor tipicidad y aroma.
Si la selección clonal no tiene límite temporal definido, el año 2002 es conveniente repetir una nueva prospección de viñas antes que se arranquen en los planes de reestructuración. La nueva selección se ha hecho junto con la colaboración del CRDO Penedés y en ocho parcelas en el Alt Penedés, dos en el Garraf y una en el Baix Penedés. Para esta nueva selección el objetivo es encontrar clones que permitan más riqueza y concentración en aromas y una graduación más alta de los vinos, con la finalidad que sean aptos para producir vinos de crianza. En las vendimias del 2002 y 2003 se han evaluado los parámetros agronómicos y enológicos de los mostos de 135 posibles cabezas de clon. En las sucesivas vendimias sólo se evaluarán alrededor de una veintena de cepas que han dado resultados negativos en el test serológico ELISA y, son las muestras que se enviarán a Murcia para seguir el test leñoso oficial.
Trepat
A partir de 1980 se iniciaron los primeros trabajos de selección, pero se finalizaron sin obtener ningún clon libre de virus. El año 1997, con la colaboración de la DO Conca de Barberá, se continua la selección de la variedad a 11 parcelas de los municipios de Barberá, Sarral y Solivella. Con los resultados de las vendimias de 1997 y 1998 se destacaron 55 cepas de entre más de un centenar que se habían seleccionado, de los cuales 35 se consideraron «prioritarios» (ya plantados en una viña en Sarral el 1999) y el resto «interesantes». El interés de los mejores clones está en los que destacan en intensidad de color, a parte de otras características cualitativas que dan mucho frescor a los rosados de trepat. La caracterización agronómica y de los mostos de los posibles clones se ha continuado hasta el 2002 y en el año 2003 ya se han podido hacer nueve microvinificaciones separadas por clones del campo de comparación. El test leñoso que se hace en Murcia tiene una durada de tres años y por eso sólo se conocen los resultados de la primera de las tres envíos de muestras que se han hecho y han dado cuatro clones libres de virus.
Picapoll
La picapoll de la comarca del Bages produce vinos afrutados, con buen aroma y personalidad. La DO Pla de Bages se creó el 1995 y el 1997 impulsaba la selección clonal de esta variedad. Sólo se pudieron escoger cinco parcelas que tuvieran una cantidad mínima de plantas, en la zona de Artés. De estas, todas presentan una uva mediana, pero una parcela presenta el grano mediano y más ovalado y las otras un grano más pequeño. Como muestra la etimología de su nombre, su piel fina manifiesta unas manchas (piel picada). La maduración es tardía (segunda quincena de septiembre) y los vinos resultan ligeros (graduación y acidez moderadas) pero con una aroma afrutada. La selección consistió en un centenar de cepas y con los resultados de las vendimias de 1997 y 1998 se destacaron 35 cepas, de las cuales 21 fueron consideradas «prioritarias» (ya plantadas en una viña en Aviñón el 1999) y el resto como «interesantes». Hasta el 2002 se hizo la caracterización agronómica y de los mostos y, en la pasada vendimia ya se han hecho ocho microvinificaciones de la parcela comparativa. De los resultados de las muestras enviadas el 2000 para el test leñoso, dos son clones libres de virus.
Nota
Este artículo está basado en la jornada técnica «Nuevos retos en viticultura» que tuvo lugar en Vilafranca del Penedés, los días 2 y 3 de febrero de 2004.
Colecciones varietales
La conservación de variedades es una labor continua, a largo plazo, que implica una inversión de tiempo, personal, en instalaciones y operativa, justificable en función de las necesidades y actualidad, presente y futura, de conservarlas. La creación de colecciones de germoplasma se ha hecho con la responsabilidad y previsión para que la mayoría de las variedades de viña estuvieran disponibles en su hábitat natural y también en condiciones diferentes a su origen. La colección varietal más importante de España y la tercera en el mundo es la colección de El Encín (IMIA, Madrid) fundada el año 1914. En el año 1940 se fundó la colección Rancho de la Merced (CIFA, Cadis), y existen tres colecciones de referencia básica de la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV) con garantía de autenticidad varietal: ETSI Agrónomos de Madrid (1985), Aranjuez (Madrid, 1993) y Bullas (Murcia, 2003). El número y formato de las colecciones de variedades de viña aumentó considerablemente en España durante los años ochenta y noventa, como respuesta al creciente convencimiento de su pérdida. |
Legislación y comercialización de variedades autóctonas Teniendo en cuenta el interés por la viticultura integrada, en las viñas de producción integrada catalanas es obligatorio usar material certificado, excepto en las variedades que no hay en el mercado. Por eso que es necesario impulsar las selecciones de variedades autóctonas, con el objetivo que no se vean reducidas en este tipo de viticultura.Teniendo en cuenta el marco legal, el Reglamento Técnico de Control y Certificación de Plantas de Vivero de Vid basándose en la norma comunitaria dice que «sólo se podrán comercializar las variedades inscritas en el Registro de Variedades Comerciales de Vid y también se admitirá la comercialización de las variedades inscritas en los catálogos o registros de los demás Estados miembro». La definición de comercialización en la normativa europea es «la venta, la posesión con vistas a la venta, la oferta de la venta y cualquier cesión, libre o transmisión de materiales de multiplicación a terceros, tanto mediante remuneración como sin ella, con vistas a su explotación comercial. No se considera comercialización el intercambio de materiales de multiplicación, la finalidad de los cuales no sea la explotación comercial de la variedad, como es el caso de las operaciones siguientes: a) la entrega de materiales de multiplicación a organismos de experimentación e inspección; b) la entrega materiales de multiplicación a proveedores de servicios para la transformación o el condicionamiento, siempre que el proveedor de servicios no adquiera los derechos sobre el material suministrado». También el Real Decreto 1472/2000 de 4 de agosto, que regula el potencial de producción vitivinícola, establece que todas las variedades clasificadas (recomendadas y autorizadas) tendrán que incluirse en el Registro de Variedades Comerciales de Vid. La definición que el Reglamento General Técnico de Control y Certificación de Semillas y Plantas de Vivero (Orden de 23 de mayo de 1986) da de la variedad comercial local se refiere a que «procede de una región claramente definida geográficamente, que en ensayos oficialmente comprobados ha demostrado poseer suficiente uniformidad, estabilidad y caracteres distintivos para permitir su identificación, pero que no se ha obtenido como resultado de trabajos controlados de selección. Por esto, sólo se admitirá una variedad en el Registro si fuese distinta, estable y suficientemente homogénea». O sea, tiene que ser diferente, uniforme y estable y además tiene que tener un valor de cultivo satisfactorio. La clasificación de las variedades en los Reglamentos de las DO es de recomendadas y autorizadas y, dentro de las primeras, algunos reglamentos destacan una variedad como principal con intención de fomentarla. Incluso, algún Reglamento cita que se velará por el mantenimiento de las variedades históricas propias de su patrimonio (ejemplo de la Garnacha a la DOQ Priorat). Los Consejos Reguladores podrán proponer al INCAVI que sean autorizadas nuevas variedades en el caso que: a) sean las que se encuentran en el Anexo IV de Clasificación de las variedades de vid del Real Decreto 1472/2000 de 4 de agosto, o bien b) con los ensayos y experiencias previos que sean convenientes, se compruebe que se producen mostos de calidad aptos para la elaboración de vinos protegidos, y se determinará en cada uno de los casos su inclusión como variedad autorizada o recomendada. |