Estos 100 números, analizados en perspectiva, constituyen una crónica viva de la evolución de la enología, como ciencia y como profesión, a lo largo de los últimos 30 años incluyendo en su centro casi exacto un cambio de milenio.
Consultando los artículos de la Revista se puede seguir fielmente cómo la profesión ha pasado de un perfil mayoritario de dignidad artesanal y conocimientos empíricos, a un perfil tecnológico, cada vez más transversal, basado en conocimientos científicos progresivamente protocolarizados.
Resulta imposible resumir lo que son y significan los 100 números publicados (que corresponden a 145 actualizaciones de la edición digital, nacida en 1997), pero examinar algunos datos puede servirnos de ayuda para realizar una aproximación, ahora que estamos inmersos en la era del big data.
La crónica que surge de la Revista no se fundamenta en un relato único y dirigido, sino que contiene una amplia variedad de opiniones e interpretación del hecho enológico, afrontando en todo momento las posibles controversias o discrepancias. Todo lo cual queda confirmado por la ingente cantidad de información publicada, con más de 1000 páginas indexadas y analizadas por Google, que han convertido la versión digital de la Revista (en www.acenologia.com) en una de las fuentes de principales de contenidos enológicos en español de la red, y en la repercusión y seguimiento que tiene la publicación. Y a pesar de tan ingente cantidad, no se ha desdibujado el espíritu fundacional de la publicación que sigue siendo reconocible en todos y cada uno de sus números.
Sin embargo, si no es útil, la información carece de significado. La Revista, en especial esta edición digital, con más de 122 000 usuarios únicos durante 2014, que han consultado casi un cuarto de millón de páginas, demuestra con rotundidad su utilidad e interés.
Capítulo aparte merecen los editores invitados, la mayoría del ámbito universitario, pero también del profesional. Con su colaboración, que agradecemos sinceramente, han proporcionado los contenidos de los diferentes monográficos (más de 130) publicados a lo largo de estas tres décadas y han coordinado a los autores (más de 500) a quienes agradecemos igualmente sus contribuciones.
Conseguir la continuidad de este gran proyecto y hacerlo con éxito ha sido posible porque la Asociación Catalana de Enólogos (ACE, en www.enolegs.cat) no solo ha creído en la necesidad de renovar y transformar la enología surgida de la primera mitad del siglo XX, sino que ha querido liderar esta transformación en una de las vertientes más sensibles: la información. Y hablar de la ACE no es referirse a un ente abstracto sino a un colectivo humano, modesto en número pero enorme en sus ambiciones, que ha hecho posible tres décadas de publicaciones superando todo tipo de dificultades. Por esta razón la Revista de Enología lleva su nombre y forma parte del núcleo definitorio de la Asociación.
A pesar de todo lo dicho, la Revista no se encuentra en su momento álgido: está creciendo día a día, de manera sostenida, de lo que puede deducirse que sus mejores momentos son aún materia de futuro. Un futuro que esperamos sea compartido con quienes aman y amarán la enología como ciencia, como cultura y como profesión. Y necesitaremos la colaboración de todos.
Por muchos años.