Excavaciones recientes han descubierto semillas fosilizadas de varias especies de la familia Vitaceae, a la que pertenece el género Vitis. Las semillas, de especies extintas, se han encontrado en diversas localizaciones de la América tropical y el Caribe, concretamente, Panamá, Colombia y Perú. Su antigüedad está datada entre 20 y 60 millones de años, lo que pone en evidencia las profundas raíces evolutivas de esa familia de lianas en el continente americano, y contradice que su origen haya sido el Viejo Mundo, como se suponía.

Semillas fósiles de Viateae, del Eoceno tardío

 

Este descubrimiento confirma la intrincada historia de extinción y dispersión que ha caracterizado la familia Vitaceae, a la que pertenecen las vides modernas. Una historia que está ligada a acontecimientos ambientales, algunos de gran trascendencia, como el ocurrido hace 66 millones de años con el impacto de un asteroide que provocó grandes extinciones en los reinos animal y vegetal. La desaparición de gran parte de las selvas tropicales primero, y su regeneración después, propició la aparición de focos de diversificación de los ecosistemas facilitando la evolución y propagación de grandes grupos de animales y vegetales, entre los cuales, los mamíferos y las lianas como las vides.

Resuelta la incógnita del origen de las vides, mucho más antiguo que el considerado hasta ahora, queda por investigar cómo las especies modernas aprovecharán las oportunidades evolutivas que, sin duda, proporcionará la extinción actual, más silenciosa pero más rápida y tan catastrófica como la del Cretácico.

En cualquier caso, ahora sabemos que el clima y sus cambios han tenido una profunda incidencia en la historia evolutiva de Vitis, y la siguen teniendo. Solo hay que saber interpretarlo.

El artículo de referencia sobre este descubrimiento se ha publicado en Nature Plants.