En la sensorización del sector vitivinícola, el tratamiento de los datos obtenidos mediante los sensores y su análisis con técnicas de IA presentan un doble reto: la sostenibilidad del proceso, que involucra una cantidad significativa de recursos tecnológicos, energéticos y humanos, y la aplicación tecnológica de los diagnósticos obtenidos enfocada a paliar, revertir o mejorar el ámbito estudiado.
Ambos retos están encontrando su mejor respuesta en la robótica, especialmente en el entorno de la viticultura. La Universidad de Cornell ha desarrollado unos robots ligeros autónomos denominados PhytoPatholoBots (PPB) que pueden recorrer las hileras de un viñedo, recopilando datos y evaluando mediante visión artificial el estado fisiológico de cada cepa. Al combinar estos datos con una década de avances en el cultivo de uvas, los investigadores de Cornell están perfeccionando los PPB para permitir que los viticultores puedan evaluar sus viñedos, hoja por hoja, en tiempo real, hasta el nivel molecular. El trabajo realizado por estos instrumentos autónomos es sistemático, con un bajo coste energético y alta fiabilidad, sin necesidad de realizar un gran despliegue de sensores fijos, llevando la viticultura de precisión a un nivel hasta ahora inédito. Los datos obtenidos por estos robots son compatibles y complementarios de los obtenidos mediante satélites, con la ventaja de que eliminan el ruido de fondo de las nubes o la luz solar, proporcionando una imagen constante de alta calidad. Además, su navegación es autónoma mediante GPS, personalizable y focalizable, frente a la visión más general de los satélites, que siguen aportando información valiosa para los viticultores.
Los PhytoPatholoBots pueden realizar acciones correctoras directas sobre la viña en cuestiones como la lucha contra las enfermedades criptogámicas. Provistos de lámparas ultravioletas, se han mostrado eficaces para erradicar diversos tipos de mildiu por un periodo de dos años. La técnica de luz ultravioleta es un gran avance contra los mildiu polvoroso y velloso, organismos que pueden generar resistencia a los aerosoles antimicóticos químicos en una sola temporada. La ventaja de los robots es que pueden actuar de noche, cuando la función de las hojas de la vid no tiene activada la protección contra la luz azulada, incrementando de esta forma la eficacia de la luz ultravioleta sin dañar la planta.
Sensorizar para robotizar
Redacción
Acenologia.com