La Mesa de Coordinación de la Calidad Alimentaria (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) hizo público en noviembre de 2023 un Acuerdo pulcramente razonado por el que:

“en el etiquetado y presentación de los vinos no se puede emplear la mención “Vino Natural”, ya que no está regulada en la normativa específica y se trata de una mención ambigua y confusa, que induce a error o confusión al consumidor […]”

Un acuerdo que evitará que dicha denominación esté presente en el “etiquetado” y la “presentación” de los vinos, pero no que el término siga haciendo fortuna en canales de desinformación, tradicionales y digitales, que mercadean con la fuerza de las emociones y las “verdades reveladas”.

Lo cierto es que la naturaleza no sabe hacer vino. Por eso no hay vinos naturales. Ni formas naturales de hacer vino. Bien al contrario, hacer vino es un proceso creativo esencialmente humano que requiere gestionar sucesivas transformaciones bioquímicas complejas hasta conseguir que fracasen en su intento de llevar su evolución a las últimas consecuencias. Y eso requiere tanto profundos conocimientos científicos como experiencia acumulada. Por eso existe la enología.

Hay vinos en cuya elaboración la intervención humana ha desistido parcialmente, dando opciones al triunfo de los metabolismos implicados, y alejando el resultado de su pureza y autenticidad humana. Porque lo que hace la naturaleza no es vino, es reciclar indefinidamente moléculas de agua y anhídrido carbónico por rutas aparentemente imprevisibles, pero implacables.

La aparición de fenómenos como el “vino natural” son síntoma de que la ciencia, y la cultura, quedan relegadas a posiciones marginales en un entorno profesional y social. El enológico en este caso. Por lo que promover ciencia y cultura es el mejor antídoto para evitar que aparezcan, o se establezcan. Y los profesionales de la enología deberían aceptar ese reto en primera persona.

Solo la ciencia (sí, también la ciencia enológica) nos proporciona el conocimiento que nos aleja de la barbarie y nos proporciona los instrumentos para actuar respetando el entorno y progresar de manera sostenible.  Sin ciencia, y sin cultura, nuestra propia humanidad estará en entredicho y dejaremos de percibir el vino como una creación propia y comprensible.

Algunas lecturas sugeridas

Puede consultarse el documento oficial de la Mesa de Coordinación de la Calidad Alimentaria en este enlace.

El Syndicat de Défense des Vins Nature’l francés, que aspira a que “Vin Methode Nature” sea una DOP próximamente, expone la receta de elaboración para ser admitido: https://vinmethodenature.org/le-label/

Tom Wark, reconocido consultor internacional del sector vitivinícola, reflexiona sobre si el “vino natural” puede ser una de las causas del declive del vino entre los bebedores más jóvenes: https://tomwark.substack.com/p/what-if-a-question-or-two-about-natural

Es característica común de las sucesivas “revoluciones enológicas” actuales que la figura del enólogo sea cuestionada cuando no reducida a la irrelevancia: https://www.acenologia.com/asesino_enologo_ed1218/